El otoño es tiempo de setas y en Soutelana Ferretería somos conscientes de ello. Pronto habrán pasado más de tres semanas desde las últimas lluvias del verano y la humedad ambiental sigue creciendo. Las condiciones son óptimas para salir al monte o al campo a recoger los preciados hongos en su mejor momento.
Nuestro equipo tiene preparados los ‘packs’ con todo lo necesario para salir a coger setas. Ha sido realmente fácil, pues el mundo de la micología exige pocos complementos: con una navaja para cortar hongos sin dañar el micelio y una cesta, preferiblemente de mimbre, estarás listo para salir al monte.
Eso sí, una vez satisfecho el capítulo de la parte material, la lista de elementos inmateriales que necesitas es más larga. Aquí te va un repaso.
Primero, conocimientos. Vale la pena hacer algún cursillo, asistir a charlas, o unirse a algún grupo de micología para poder salir con garantías al campo a por setas las primeras veces. Es relativamente sencillo encontrar hongos por todas partes, una vez que te alejas un poco del asfalto, pero no es tan fácil distinguir las setas comestibles de aquellas que no tienen valor gastronómico. Con respecto a las venenosas, las especies no son tantas, aunque, en algunos casos concretos, la confusión puede tener un resultado fatal. En resumen, hay que hacer un pequeño esfuerzo de iniciación para poder disfrutar de nuestras aventuras micológicas con garantías. Para completar esos conocimientos o dar los primeros pasos, también puedes tirar de alguna guía, un atlas de setas o una aplicación para tu smartphone. Setas y Hongos, Bolets y Sus-tool son tres de las apps gratuitas con las que puedes empezar.
Segundo, sentido común. No basta con haber visto mil veces cada boletus y tener claro que el que está ante ti sí se podrá comer. Las salidas micológicas son excursiones al campo y, como tales, es preciso que tomes precauciones básicas, en especial si no conoces la zona. Antes de nada, consulta si necesitas licencia o permiso para practicar esta afición (como sucede en el caso de muchas regiones españolas). Tampoco está mal hacerse con mapas o una brújula, consultar el parte meteorológico y conocer donde están los lugares de referencia o la población más cercana a la que acudir si tienes algún problema. ¡Ah! Y dentro del capítulo de lo lógico, entra saber si estamos en una zona con cotos de caza. En ese caso, deberás tomar especiales precauciones solo unos días por semana. El domingo y los festivos son días de caza en casi todo el territorio nacional. El resto de los días de la semana están sujetos a distintas normativas según la comunidad autónoma.
Tercero, algo de forma. Sí. De forma física, queremos decir. No se trata de que conviertas en carne de gimnasio, y, de hecho, tal vez ni sudes. Pero recoger setas te hará andar y, al estar en el campo no vas a recorrer caminos homogéneos y llanos, sino que irás por un terreno irregular y diferente a medida que vayas avanzando. Es decir que, mejor que seas consciente de tus posibilidades, sobre todo al calcular el total de la salida. Es frecuente que, ante una buena racha de recolección nos animemos a adentrarnos y nos olvidemos de tener en cuenta que el recorrido de vuelta puede exigirnos el mismo tiempo y esfuerzo. Por cierto, para salir es mejor que echemos manos de botas de montaña y varias capas de ropa, para ir desabrigándonos a medida que entremos en calor y viceversa. Tampoco está de más un poncho impermeable que nos ahorre la necesidad de un paraguas. Por último, puesto que las excursiones se pueden alargar más de lo que has calculado, es muy útil que tu teléfono esté con la batería cargada antes de iniciar la salida, ya que será de gran ayuda si hay imprevistos.
Cuarto, respeto. Vamos a recoger setas y queremos traer un buen botín. Pero también somos conscientes de que la principal norma del micólogo es la de dejar todo como lo encontró. Mejor, si no se nota que ha estado ahí. Lo principal, usar tu navaja para cortar las setas por el tallo sin dañar el micelio, es decir, el hongo oculto bajo tierra. De este modo seguirán creciendo más en la siguiente temporada. Tampoco debes destruir los ejemplares venenosos, puesto que tienen su propia función en el ecosistema, y, por supuesto, no debe imperar la avaricia. Los boletus demasiado pequeños o los que están ya muy maduros, es mejor dejarlos en su sitio, ya que no tendrán buen sabor y de este modo garantizamos que se reproduzcan en el futuro.
Como sabes, la seta es como la flor del hongo, que se reproduce por esporas. De ahí la importancia de que acudas con una cesta de mimbre o de material que permita transpirar. Así, colocando adecuadamente los ejemplares que recojas dentro de la cesta, estos seguirán liberando las esporas, que caerán al suelo en el trayecto por el campo. Es la mejor forma de no distorsionar la cadena reproductiva de los hongos. Además, si lo prefieres, puedes llevar un pequeño pincel para limpiar cada ejemplar al retirarlo. Permite sacar la tierra de la zona del tallo y ayuda a ir liberando las esporas en el espacio en donde estaba originariamente el ejemplar.
Como ves, lo hemos pensado todo, desde las energías que necesitarás, hasta las apps gratuitas que puedes emplear. Solo nos faltan las recetas para cocinar todas las setas que recojamos… Y tú, ¿tienes alguna receta que compartir?