Aunque teníamos previsto hablaros de los sistemas de bombeo en primavera, cuando es más frecuente hablar de jardinería, las circunstancias nos han hecho pensar que a algunos os puede interesar saber algo sobre las bombas de agua en invierno.
Efectivamente, los bombeos son muy útiles a la hora de planificar un jardín, poner en marcha un pozo de abastecimiento, un regadío agrícola o un drenaje de superficie. Pero, del mismo modo, un garaje o un local inundado, un acceso por el que no se puede pasar o una embarcación en la que ha entrado agua serán escenarios en los que una bomba de achique puede demostrar su utilidad. Por este motivo, aquí os dejamos algunos datos que os pueden servir de referencia a la hora de saber qué tipo de bombeo os conviene.
En primer lugar, hay que señalar que no es lo mismo un achique, o la extracción de un líquido, que un bombeo a motor, que necesita impulsar el agua para que esta llegue a través de conductos a otros puntos.
Otra forma de clasificar las bombas es su alimentación: las hay eléctricas o de combustible, y dentro de ambos grupos hay que tener en cuenta si son sumergibles o si deben estar lejos del líquido para funcionar. Obviamente, es interesante que puedan sumergirse y que tengan mandos o sistemas de accionado a distancia que nos protejan de cortocircuitos o percances similares. También se pueden clasificar las bombas en función del líquido que achican, pues existen versiones de este aparato pensadas para aguas sucias y lodos, mientras que otras permiten el trabajo con agua apta para el consumo humano sin deteriorar o poner en riesgo esa condición.
Con respecto a las características, te puede convenir fijarte en la profundidad a que puede trabajar la bomba, sus dimensiones y peso y la capacidad de absorción de partículas. Es importante tener en cuenta, por ejemplo, que un trabajo de drenaje o un bombeo para jardinería podrían realizarse con agua estancada de jardines que arrastre polvo o piedrecillas. Todas las bombas deben especificar el grosor de las partículas que admiten para que quede claro y evitar averías innecesarias. Algunas, además, disponen de rejillas y elementos protectores en la toma de agua para evitar estos problemas.
También es fundamental conocer la capacidad de absorción y presión. Esto nos permitirá saber si el aparato puede ser útil para achicar agua de una inundación o un anegamiento accidental como los que se producen en invierno a causa de las fuertes lluvias. Hay que tener en cuenta que, en esos casos, cientos de litros pueden entrar por las rendijas en cuestión de minutos, de modo que es importante tener un aparato con capacidad de evacuación que ayude a mantener a raya el anegamiento mientras se trata de salvar el material de valor que contiene el espacio en cuestión. Para esos casos son recomendables aparatos que superen los 10.000 litros por hora. Aunque parezcan cifras llamativas, en el mercado los hay y muy asequibles, tanto en el aspecto económico como en el de consumo.
Del mismo modo, si piensas especialmente en esos trabajos que pueden permitirte salvar el contenido de un garaje o una bodega puedes tener en cuenta la capacidad de desplazamiento del aparato: que sea fácil de transportar, que tenga un cable largo y que también se pueda poner en marcha bajo el agua pueden ser características muy útiles.
Si tu enfoque es el trabajo agrícola, puede que una bomba de combustible te evite quebraderos de cabeza a la hora de buscar la forma de poner en marcha el aparato en el campo o en el jardín. Estos motores, además, permiten planificar bombeos a cierta distancia y tienen probada resistencia.
Hasta aquí el repaso a las condiciones que puedes tener en cuenta para elegir uno de estos aparatos. Por último, no olvides leer bien las instrucciones y comprobar que tu equipo está en condiciones antes de sumergirlo o iniciar una actividad de bombeo con él. Es muy recomendable mantenerla limpia después de cada uso y comprobar, antes de la puesta en marcha, que no hay obstrucciones en los canales de entrada y de salida. ¡Ah! Y ten en cuenta que estos aparatos están pensados para la extracción de agua, lodo y líquidos no inflamables. Lo contrario podría suponer un riesgo y debería realizarse con material y personal especializado.