Un repaso al proceso para extraer la miel antes del fin del verano

Extraer la miel de una colmena es fácil, aunque laborioso. Las primeras veces es recomendable que lo hagas en compañía de personas con experiencia o que previamente visites a un apicultor y te asesores.

Algo que hemos aprendido en los cursos de apicultura que ofrecemos en Soutelana Ferretería es que la operación más delicada de todo el proceso es la retirada de las alzas y cuadros, en donde te las tienes que apañar para no incomodar a las cerca de 80.000 abejas que viven en cada colmena. Debes lograr que salga el máximo número de ellas posible sin incomodarlas, y, por supuesto, sin que se queden pegadas a los elementos que estás sustrayendo.
Para eso es fundamental que actúes con rapidez, que tengas claro cada paso que vas a dar y que tengas la seguridad de estar protegido contra picaduras.

Tres cosas son especialmente necesarias cuando vas a abrir tu primera colmena: un equipo protector, un ahumador y un soplador.

Para protegerte puedes optar por los guantes específicos, el velo o careta que cubrirá tu cabeza y cuello y las botas, siempre que cumplas estrictamente con la norma de vestir pantalón y camisa de manga larga con puños y perneras cerrados. De todos modos, el traje de apicultor o buzo es la mejor opción para salvaguardar tu seguridad en caso de que se produzca alguna revolución imprevista en tu enjambre. Eso sí, recuerda que el traje no te exime de ir vestido con manga y pernera larga.

Un ahumador podría pasar por una aceitera, o un instrumento similar, en cuanto a su tamaño y forma se refiere. En el interior se queman hojas secas o papeles y, dirigiendo adecuadamente el humo que produce, como si fuese un ‘botafumeiro’ en miniatura, debemos rodear la colmena. El instrumento puede disponer de un fuelle o ser eléctrico para que vayamos liberando el vapor alrededor de los panales. Las abejas pensarán que hay un incendio y se prepararán para abandonar la colmena ingiriendo una cantidad importante de miel. Eso impedirá que piquen durante el rato en que estemos trabajando en su entorno, y, a su vez, las aturdirá, con lo que será más fácil retirarlas.

Un soplador para abejas es un aparato eléctrico similar a los que se usan para soplar hojas en jardinería, pero de menor tamaño. Con el ligero viento artificial es posible retirar una gran cantidad de abejas sin apenas dañarlas y sin que se mezclen con la miel de los cuadros que estamos removiendo. Un cepillo también puede ayudar a esta tarea.

Lo esencial es llegar, ahumar y soplar, pero una vez que todo está dispuesto para sacar la miel echaremos de menos otro elemento, como un cuchillo o daga que permita despegar los cuadros, es decir, cada ‘piso’ de la colmena. Algunas especies de abejas los sellan y su capacidad para ir soldando las alturas de sus colmenas es envidiable. Si prefieres no improvisar, puesto que las hojas de los cuchillos son más débiles y tienen un filo innecesario, debes disponer de una espátula multiusos o un levantacuadros. ¿Sigue habiendo abejas en los cuadros que ya has levantado? Ahora son menos y el soplador o un cepillo específico te ayudarán.

El resto del trabajo se completa ya a cubierto y tiene menos misterio. Después de dejar apropiadamente tapada la colmena, llevaremos los panales a una zona de producción en donde extraeremos la miel según el método elegido.

Podemos desopercularla y estrujarla manualmente, o bien recurrir a un desoperculador y un centrifugador mecánicos.

El primer proceso permite sacar la película protectora que las abejas ponen en cada celda de miel, y que funciona como su envase natural. El segundo facilita la extracción y recolección en una decantadora, desde la que filtraremos la miel y reposará para liberarse de sus impurezas antes de envasarla.

En cuanto a la elección del trabajo manual o mecánico, depende, sobre todo, de la cantidad de miel que vayas a producir, pues cuantos más son los cuadros que hay que manejar, más tiempo se ahorra en ambas operaciones.

Por último, tres pistas que nos han dado en los cursillos de Apicultura que realizamos en A Soutelana:

El ahumador debe rellenarse con materiales respetuosos con el medio. Las abejas quieren ‘fumata blanca’. Es decir, nada de humos grises, negros o con tóxicos.

Las alzas y cuadros se retiran solo si está sellado (operculado) entre el 80 y el 90% de la superficie, pues es eso lo que indica el ‘lleno’ de las mismas.

Recuerda que, para sacar la miel, los cuadros deben estar a temperatura ambiente o a unos 30 grados, para que esta se encuentre en estado líquido y su extracción sea más sencilla.

¿Te ha servido de algo este repaso? ¿Tienes a mano todo lo que necesitas para la recolección de este año?

 

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