La receta para hacer filloas, las reinas del Entroido gallego

La palabra gallega para definir el Carnaval es Entroido y la receta que por excelencia define el Entroido es la filloa. No os engañéis, las filloas gallegas parecen crêpes de toda la vida pero no lo son. Tienen un ‘no sé qué’ que las hace especiales. Si las has probado una vez, quieres repetir y repetir y, si estás cerca del cocinero, es probable que te descubras a tí mismo cometiendo tropelías como robarlas recién salidas de la sartén, que es cuando más deliciosas están.

Crepera o 'Filloeira' de 7 platos.

Crepera o ‘Filloeira‘ de 7 platos.

En nuestro caso, somos tan fans de la filloa que no vamos a esperar a que técnicamente empiece el Carnaval para hacer las primeras.

En www.soutelanaferretería.com disponemos de toda variedad de filloeiras, o creperas como prefiráis, para cocinar estas tortas tradicionales de una en una, de dos en dos, o hasta de siete en siete. E incluso contamos con elementos metálicos para apoyarlas sobre lareiras o chimeneas y poder cocinar con leña este postre tradicional. El caso es que, a falta de creperas, buenas serán sartenes antiadherentes, siempre que consigáis seguir los pasos de esta sencilla y espectacular receta.

Foto: Pixabay

Foto: Pixabay

 

Para hacer las filloas son precisos:

3 huevos.

200 gramos de harina

1 vaso de leche

2 vasos de agua o caldo

ralladura de un limón (opcional)

azúcar (opcional)

mantequilla

una porción de tocino sin salar o un poco de sebo o grasa de cerdo para untar

Para la elaboración mezclaremos primero los tres huevos con la leche, los dos vasos de agua, una cucharada de mantequilla derretida en el microondas o una cucharada de aceite de oliva, si lo preferís, y lo batiremos todo bien.

Posteriormente, añadiremos la harina, tamizada, teniendo cuidado de no espesar demasiado la mezcla. Si consideramos que la proporción está espesando demasiado, podremos corregir con leche o agua.

Con respecto al azúcar, no es necesario, ni aún en el caso de querer filloas dulces, aunque dos o tres cucharaditas son opcionales. Una pizca de sal debe añadirse antes de acabar de batir en cualquiera de los dos casos.

Para las filloas dulces se puede poner, una vez batido todo, un poco de ralladura de limón, que aromatizará la mezcla.

Una vez superado este paso, en el mismo bol o en una jarra, las filloas deben reposar. Si metes la mezcla en la nevera, el proceso irá más rápido, pero, de todos modos, no es recomendable que ‘descansen’ menos de media hora.

Una vez pasado ese tiempo, ponemos la filloeira al fuego y, en cuánto esta esté caliente, damos comienzo a la fase más delicada: freír.

Antes de poner la mezcla sobre el recipiente debemos untarlo con el tocino o la grasa que previamente hemos calentado un poquito, para que se derrita con facilidad.

Es cierto que las filloas pueden freírse en aceite de oliva o en mantequilla, a falta de tocino, pero nosotros, como puristas que somos de la filloa, te dejamos claro que con tocino y solo con tocino, tendrás el auténtico sabor de una filloa gallega. El resto son versiones.

Sea como sea, con grasa vegetal o animal, no hay que abusar de la capa de aceite, sino que esta debe ser lo más fina posible, porque también la filloa será fina y no queremos que, además, esté aceitosa. Para eso, si no dispones de la codiciada porción de tocino, que se derretiría en su justa medida, te recomendamos que uses un vaporizador de aceite, o un pincel de silicona, con el que poner el mínimo de grasa posible en la base.

Una vez cumplido este requisito, es el momento de freír. No improvises y usa un cucharón sopero para poner la mezcla al fuego. Y, por supuesto, no vacíes un cucharón lleno para cada filloa. Reparte el contenido. Recuerda que deben ser lo más finas posibles, y que, si consigues una filloa translúcida, habrás tocado techo como repostero o repostera del Entroido.

En cuestión de segundos desde que extiendes la masa, debes dar la vuelta a la torta. Hazlo con tenedores o cucharas, mejor de madera, si te apañas, pero con extremo cuidado, porque hasta que tengas práctica, este es el momento en el que más riesgo de rotura corren tus filloas.

Filloeira 7 pratos - Crepera 7 platos

«Filloeira» 7 platos. Foto: Equipo Soutelana

Una vez retiradas, las colocas en un plato o fuente. Lo más tradicional es apilarlas en una torre que tarda segundos en desaparecer, una vez que se pone en la mesa, pero, si quieres rellenarlas de un modo especial, puedes ir haciendo el relleno y montándolas en cuanto enfríen un poco.

Una buena filloa se come sola, pero lo cierto es que van de maravilla con cualquier acompañamiento: mermeladas, en especial si son ecológicas, nata montada, dulce de leche, virutas o sirope de chocolate, azúcar glass, miel y nueces, crema pastelera, requesón y confitura de arándanos… Las posibilidades son infinitas.

No es menos famosa la receta de filloas saladas, en la que la leche y el agua se sustituyen por caldo del cocido o del lacón con grelos, otra de las recetas más excelentes del Carnaval.

Por último, os recordamos que no solo con filloas podéis poner a prueba vuestra capacidad digestiva: el Entroido gallego es gastronomía sin fin: otros postres como las ‘orellas’ o las flores también merecen la pena y en Soutelana Ferretería estamos preparados para ayudaros a hacerlos.

 

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